sábado

Paredes blancas


Vaya, que sorpresa, usted otra vez. ¿Quién lo ha mandado? ¿Su superior? ¿O quién? No importa, pase usted a mi lúgubre pero increíblemente cómoda habitación, por favor no preste atención a las ratas muertas ni las cucarachas que rondan por los rincones, entre el óxido y la mierda. Dígame, ¿Qué quiere de mí?, ¡Espere! ¡Ya lo sé! ¿Quiere que confiese? ¡¡YA LE DIJE QUE NO!! Los sonidos son piedras, ¡Maldita sea! ¡¡CALLELOS!! ¡No soporto ese sonido! ¿¡Otra vez esa silla!? ¿Me tiene miedo acaso señor?, Soy inofensivo, no tengo nada que ocultar, por favor señor, déjeme ir de aquí, ¿Por qué no puedo?, solo soy un humilde hombre que se ganaba la vida haciendo trabajos de carnicería. Me siento vacío, mi sonrisa se ve vacía, y su sonrisa es… ¿¡TORCIDA!?

jueves

Confianza, Cáncer, Sacrificio y Venganza


Alex despertó ahogado. Olor a Azufre, luces rojas y ruidos metálicos impregnaban el ambiente. Intentó ponerse de pie, pero cadenas lo amarraban de pies y manos a una extraña estructura de acero. Se sentía agobiado, cansado, con ganas de gritar. El miedo lo consumía lentamente, desde los erizados vellos de su piel hasta lo más profundo de su alma. Y sentía culpa. Culpa por algo que no recordaba.

Mientras intentaba inútilmente liberarse de sus ataduras, pudo divisar en medio de la oscuridad a una sombra caminando lento, hacia él.

Jamas me dejes solo



Hoy que estoy aquí junto a tu lápida no dejo de extrañarte… Apenas una semana atrás nos tomábamos de la mano y soñábamos con lo que el futuro nos depararía, pero jamás pensé que nos haría estar juntos de esta dolorosa manera.

Hoy que estoy aquí junto a tu lápida me arrepiento de no haber escuchado tus signos de muerte, yo solo creía que exagerabas para llamar mi atención y que te diera más cariño. Perdóname por favor, pero mi trabajo era pesado y a veces olvidaba cuál era la razón de que lo hiciera: eras tú.