sábado

Una niña perversa


Esta tarde empujé a Arturo a la fuente. Cayó en ella y se puso a hacer gluglú con la boca, pero también gritaba y fue oído. Papá y mamá llegaron corriendo. Mamá lloraba porque creía que Arturo se había ahogado. Pero no era así. Ha venido el doctor. Arturo está ahora muy bien. Ha pedido pastel de mermelada y mamá se lo ha dado. Sin embargo, eran las siete, casi hora de acostarse, cuando pidió pastel, y a pesar de eso mamá se lo dio. Arturo estaba muy contento y orgulloso. Todo el mundo le hacía preguntas. Mamá le preguntó cómo había podido caerse, si se había resbalado, y Arturo ha dicho que sí, que se tropezó. Es gentil que haya dicho eso, pero yo sigo detestándolo y volveré a hacerlo en la

viernes

El Sr. Bocón



Durante mi niñez, mi familia era como una gota de agua en un gran rio; Nunca permanecíamos en un solo lugar por mucho tiempo. Nos mudamos a Rhode Island cuando tenía 8 años, y permanecimos ahí hasta que fui a la Universidad en Colorado Springs. La mayoría de mis memorias son de cuando vivía en Rhode Island, pero hay fragmentos en mi mente de los muchos hogares en los que habite, cuando era mucho más joven.

La mayoría de estas memorias son poco claras y sin sentido – Como el perseguir a otro niño en el patio de una casa en Carolina del Norte, intentar construir una balsa detrás de un departamento en el que viví en Pennsylvania, y cosas como esas. Pero hay un puñado de memorias que

jueves

La estatua


Una pareja de esposos decidieron salir una noche a pasear por ahí. Contrataron una niñera, a la cual dejaron a cargo de los dos niños pequeños. Cuando los niños se durmieron, la chica subió al cuarto principal para ver un poco de televisión.

Minutos más tarde, el teléfono celular del padre de los niños empieza a timbrar. Este contesta.

- “¿Diga?”.

- “Si, habla Alison, la niñera”.

domingo

Me ha visto y viene a por mí

Hola lectores, en esta ocasión les traigo un video que me dejo con los pelos de punta. La persona que subió el video me contacto, diciendo que solo iba a investigar y grabar un poco sobre si era cierta la leyenda que se cuenta por esos lares, esto es lo que le paso.

sábado

El encuentro


Yo no me llevaba bien con Alice, bueno, en teoría simplemente no le hablaba mucho, pero la conocía desde que éramos pequeñas. Aunque al entrar a la secundaria, nos quedamos en grupos diferentes y dejamos de hablarnos.

Un día, en el cambio de clases fui al baño, estaba lavando mis manos cuando ella entro llorando. La miré y le pregunte que tenía.

-Nada, tengo prisa…. Sí. Tengo mucha prisa.

viernes

Ataúdes


Traducción

Los ataúdes solían ser construidos con hoyos en ellos, unidos a 1.8 metros de tubería de cobre y una campana. La tubería permitiría a respirar a las víctimas que hubieran sido enterradas bajo la impresión equivocada de que estuvieran muertas. En algún pequeño pueblo, Harold, el enterrador local, después de escuchar una campana una noche fue a ver si sólo eran niños jugando a ser espíritus. A veces también era el viento. Ésta vez no era ninguno de los dos. Una voz de debajo rogaba y lloraba por ser desenterrada. “¿Eres Sarah O’Bannon?” preguntó Harold

sábado

El Martillero


Nadia se levantaba todos los días, puntual a las 8, para leer el periódico. La villa era tranquila y no pasaban muchas cosas por ahí. Pero Nadia ya llevaba algunos días leyendo sobre extraños asesinatos rondando el lugarcito ese.

- ¡Hey Rob! Buenos días!

-¡Muy Buenos días, vecina! Robbie, o Rob para las amistades, era el vecino de enfrente, un tipo animoso y reservado.

- ¡Vas a tener que cuidarte del asesino, Nadia! – Le decía

miércoles

Nunca quedarse solo...


Siempre, antes de entrar a cualquier lugar, lograba percibir la fuerza de alguien en el interior de éste. Era como un poder que había heredado de mi abuela. En mi casa siempre habían tres entidades: mi hermano, mi madre y mi perro, razón por la cual me encontraba tranquila con que no pasaría nada malo si entraba. Cierto día en la escuela, una de mis mejores amigas llegó toda asustada. Todas le preguntaron qué había pasado. Ella solo atinó a decir:

-Quisiera hablar en privado con ella- mientras me

martes

El gato sin ojos


Escribo porque no tengo nada mejor que hacer, porque necesito que sepan la verdad y porque es lo único que él me deja hacer.

Lo que ocurrió es tan bizarro, paranormal e ilógico que no podría imaginar que mucha gente crea lo que estoy por contar. Soy un escritor de una editorial muy exigente, justo había terminado una buen libro de auto superación, pero tenía errores y me habían obligado a corregirlos para entregarlo de nuevo una semana después.